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domingo, 29 de maio de 2016

Argentina: um papa peronista e um presidente liberal (?) - Carlos Malamud

Sempre achei o papa peronista. Não assim por acaso, pois no início, sendo jesuíta, achei que seria mais um intelectual no comando de uma instituição necessitada de renovação sobretudo mental. Mas, à luz de suas muitas declarações "econômicas" antimercado, conclui que se tratava de mais um peronista mental, com todas as implicações do que isso significa de negativo.
Não tenho razões para mudar de opinião, e um dia vou fazer uma análise mais detalhada do anti-liberalismo econômico debilóide desse papa, que promete assim contribuir para a preservação da miséria no mundo, ao se opor ao capitalismo e aos livres mercados.
Agora vejo que meu amigo Carlos Malamud também faz uma análise crítica das posições desse papa, que parece ter esgotado sua veia reformista, e se rendido à burocracia do Vaticano. Vamos continuar acompanhando o papa peronista...
Paulo Roberto de Almeida

Carlos Malamud: Argentina y el Papa

La compleja relación de Macri con el populismo papal

Infolatam, Madrid, 29 mayo 2016
Por Carlos Malamud
Las claves
  • Hebe Bonafini era una conspicua exponente de esa línea confrontacional. En 2007 señalaba que: "La basura va junta, Macri, [el general] Bendini y Bergoglio. Son de la misma raza y de la misma ralea. Son fascismo, son la vuelta de la dictadura.
En marzo pasado el historiador italiano Loris Zanatta publicó en Il Mulino el artículo “Un Papa populista”, reproducido en abril por la revista argentina Criterio . Zanatta insistía no sólo en el carácter peronista de Jorge Bergoglio sino también en la deriva populista de su pensamiento. Así señalaba que “para Bergoglio el peronismo encarna la saludable conjugación entre pueblo y nación en la defensa de un orden temporal basado en los valores cristianos, e inmune a los liberales… Bergoglio es hijo de una catolicidad embebida de antiliberalismo visceral, que se erigió a través del peronismo en guía de la cruzada católica contra el liberalismo protestante, cuyo ethos se proyecta como una sombra colonial en la identidad católica de América Latina”.
La publicación de este artículo en Argentina prácticamente se ha superpuesto con la audiencia de casi dos horas que el papa Francisco concedió a Hebe Bonafini, dirigente de las Madres de Plaza de Mayo. Este encuentro suscitó una intensa discusión en torno a dos cuestiones: ¿cuánto influye Bergoglio en la política argentina? y ¿cuál es su relación con el gobierno de Mauricio Macri?
Mientras la respuesta a la primera pregunta es intuitiva y depende del punto de observación, la segunda está llena de claroscuros, y desde que los dos compatriotas ocupan sus actuales cargos el vínculo no está siendo precisamente fluido. No ha habido ni una llamada de felicitación ni una carta cariñosa de un argentino a otro después de la elección presidencial. En el único encuentro oficial en el Vaticano, de 22 minutos de duración, la cara de circunstancia de Bergoglio era la suma de la elocuencia frente a un sorprendido Macri. Fue tal el clima vivido en esa reunión protocolaria que muchos no dudaron en calificarla cuanto menos de fría.
Esta falta de sintonía contrasta con los contactos más estrechos y constantes de Bergoglio con la ex presidente Cristina Fernández, que no perdía ocasión de peregrinar a Roma o a cualquier otro lugar del mundo, como La Habana, donde viajara Francisco. Y si bien tras el Cónclave que lo eligió Papa, tanto Fernández como todo el núcleo duro kirchnerista insistieron en sus acusaciones de complicidad con la dictadura militar, rápidamente se produjo una rectificación luego convertida en obsecuencia.
Hebe Bonafini era una conspicua exponente de esa línea confrontacional. En 2007 señalaba que: “La basura va junta, Macri, [el general] Bendini y Bergoglio. Son de la misma raza y de la misma ralea. Son fascismo, son la vuelta de la dictadura. Son la dictadura misma. Los tres representan la dictadura”. Pese a aceptar a regañadientes la postura oficial, rechazó una relación más fluida con su encarnizado enemigo de ayer. Sin embargo, a la vista de la actitud crítica del Papa con el actual gobierno decidió viajar a Roma y capitalizar políticamente el encuentro.
Eduardo de la Serna, coordinador de Opción por los Pobres, un grupo de curas cercanos a Francisco y a Cristina Fernández, pidió recientemente la renuncia de Macri. La comparación posterior del Papa entre los conflictos sociales, económicos y políticos de Argentina y Venezuela (junto a Brasil y Bolivia) también debió ayudar a Bonafini a decidir sobre la conveniencia de su peregrinaje. Ya en Santa Marta le advirtió al Papa que “En cinco meses este Gobierno destruyó lo que hicimos en 12 años, hay mucha violencia institucional. Nosotros tenemos miedo, mucho miedo, a que algún loco suelto responda a esa violencia que nos están imponiendo”. Más tarde, en otras declaraciones, dijo que encontró triste al Papa por la situación actual de su país, que le recordaba el golpe que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955, y esperaba que no se repitiera algo parecido.
El encuentro papal con Bonafini ha originado una intensa discusión. Jorge Fernández Díaz insistía en el daño que los gestos y palabras de Bergoglio hacen a Argentina. Y si bien en el debate se enfrentan los que rescatan al actual gobierno con los defensores a ultranza de la gestión anterior, también están los que reivindican la labor de la Iglesia en el combate contra la pobreza o su rol pastoral frente a los que insisten en la laicidad del Estado y la primacía del individuo.
Luis Alberto Romero, un referente de la historiografía argentina actual, expuso su opinión en el artículo “Macri en el camino de Canossa”, que compara el peregrinaje del emperador Enrique IV para solicitar el perdón papal con la situación argentina. De modo concluyente señala que “Francisco… ha asumido muchas causas loables, pero siempre con un discurso anticapitalista y antimoderno que recuerda a Pío IX. Pero además, sigue siendo el padre Jorge, peronista, con más madera de político de provincia que de pastor curador de almas… Hoy, el padre Jorge confronta con Macri para medir quién tiene mayor peso en los barrios y en el discurso. En San Pedro atiende el juego grande y en Santa Marta, el chico. Allí quiere verlo a Macri jugando bajo sus reglas. Quiere que Macri haga su camino de Canossa”.
Tras el triunfo de Macri surgió la pregunta de si iba a ser el primer presidente no peronista que terminara su mandato constitucional. Entre los distintos argumentos que esgrimí entonces para optar por una respuesta positiva estaba la existencia de un Papa argentino que, llegado el momento, optaría por el mantenimiento del orden institucional más allá de sus inclinaciones políticas y partidarias. Por ahora, y a la vista del escaso interés de Bergoglio por respaldar al gobierno democrático de su país, parecería que los hechos me llevan la contraria, aunque su anuncio en el Vaticano de que en julio próximo el partido de fútbol por la Paz se jugará en Argentina podría significar lo contrario. Por eso, hoy más que nunca es necesario un claro pronunciamiento del Papa en defensa de la democracia argentina, aunque no apoye a su gobierno.

Carlos Malamud: 
Catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), de España e Investigador Principal para América Latina y la Comunidad Iberoamericana del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Ha sido investigador visitante en el Saint Antony´s College de la Universidad de Oxford y en la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires y ha estado en posesión de la Cátedra Corona de la Universidad de los Andes, de Bogotá. Entre 1986 y 2002 ha dirigido el programa de América Latina del Instituto Universitario Ortega y Gasset, del que ha sido su subdirector. Actualmente compatibiliza su trabajo de historiador con el de analista político y de relaciones internacionales de América Latina. Ha escrito numerosos libros y artículos de historia latinoamericana. Colabora frecuentemente en prensa escrita, radio y TV y es responsable de la sección de América Latina de la Revista de Libros.

quarta-feira, 21 de janeiro de 2015

Papa continua peronista em materia de economia: recomendo estudo...

O papa, manifestamente adora falar. Ele se pronuncia sobre qualquer coisa, e obviamente não se preocupa em pensar antes e falar depois, sai falando, e com isso atropela fatos, causa constrangimentos e é obrigado a se desdizer depois.
Acho até que vão criar um novo departamento no Vaticano especializado em desmentidos papais.
Poderiam começar revogando um antigo édito (papal) sobre a infalibilidade papal: acho que definitivamente não é o caso deste aqui, não sei se por ser argentino, por ser jesuita ou por qualquer outra coisa.
Em todo caso, eu não tenho nada a comentar sobre se as pessoas se reproduzem como coelhos ou não. Acho que é um direito de cada um, mas para isso existem, exatamente, os métodos contraceptivos, que ajudam nessa matemática de coelhos, que economicamente aumenta o divisor, e portanto reduz a renda per capita.
Enfim, acho que o papa precisa mesmo estudar economia, pois continua falando bobagens nessa matéria, como por exemplo culpar o sistema econômico pela pobreza.
Vou fazer comentários mais extensos sobre a "economia papal", que definitivamente não é o forte desse papa, ao contrário, é um dos aspectos mais condenáveis e mais deletérios nas mensagens papais. Ele só nos prova, com isso, que o peronismo foi mais forte do que a leitura dos livros sagrados na sua formação.
Quem sabe eu recomendo alguns livros ao Papa Francisco?
Paulo Roberto de Almeida

Papa explica declaração sobre se reproduzir 'como coelhos'

Philip Pullella - Reuters
21 Janeiro 2015 | 10h 51

O pontífice classificou como 'simplista' a relação entre a existência de famílias grandes e a pobreza, culpando o sistema econômico

CIDADE DO VATICANO - O papa Francisco procurou esclarecer nesta quarta-feira seu comentário de que os católicos não devem se reproduzir “como coelhos”, dizendo que a injustiça econômica, e não as famílias grandes, é a verdadeira causa da pobreza. A fala do pontífice ocorreu na segunda-feira, durante uma coletiva de imprensa dentro do avião papal, quando voltava de viagem de uma semana pela Ásia, quando ele falava sobre o controle de natalidade.
Sua linguagem atipicamente franca chamou atenção, especialmente nas mídias sociais, nas quais alguns comentaristas disseram que ela foi ofensiva para pessoas criadas em famílias grandes. “Ouvi dizerem que famílias com muitos filhos e que o nascimento de muitos filhos estão entre as causas da pobreza. Acho que esta é uma opinião simplista”, disse ele em sua audiência semanal no Vaticano.
O sistema econômico, que colocou o dinheiro em seu centro e criou uma “cultura descartável”, é a principal causa da pobreza, não as famílias grandes, afirmou o papa. Durante a coletiva de imprensa, o líder dos 1,2 bilhão de católicos reafirmou sua proibição ao controle de natalidade, acrescentando haver “muitas maneiras que são permitidas” para se praticar o planejamento familiar natural. A Igreja só aprova métodos contraceptivos naturais, sobretudo a abstinência sexual durante o período fértil da mulher.

sábado, 7 de junho de 2014

Pausa para... piadinhas maldosas sobre o Papa Francisco

Recebido, como sempre ocorre, por uma dessas listas a que somos afiliados por interesse e de onde acabamos recebendo coisas que renovam nosso interesse por elas, justamente por causa dessas coisas alternativas...
Paulo Roberto de Almeida 

Piadinhas sobre o novo Papa

1) - Do jornal Corrieri de la Siera:- "Em um surto inédito de humildade um  Argentino aceitou um cargo abaixo de Deus."

2) - De um escriba brasileiro anônimo:- "Eu sempre sonhei em ver um Argentino beijar o solo brasileiro."

3) - Os Argentinos desejam que os primeiros atos do Papa Argentino sejam:

- Canonização de Evita Perón;
- Início do processo de beatificação do comandante Chavez;
- Excomunhão de todos os cardeais e bispos norte-americanos;
- Rompimento com o governo italiano;
- Rompimento com o governo inglês (novamente);
- Criação da Diocese das Malvinas, localizada em Puerto Madero;
- Mudança da sede do Vaticano para Bariloche;
- Cisma Norte-sul (a exemplo do Cisma do Oriente), com a criação da Igreja Católica do Hemisfério Sul;
- Criação da moeda própria do Vaticano: o “Peso Santo” ou “Santo Peso”; e
- Substituição da hóstia por Alfajor.

4) E, last but not least, a mudança do nome da Capela Sistina para Capela
CRISTINA.

Comenta-se que quem dominou o conclave foram os Cardeais dos EUA. Como eles sabiam que o Cardeal Brasileiro era o mais cotado, escolheram o Cardeal de
Buenos Aires, por ser a capital do Brasil.

Já que o Papa é Argentino, a Dilma vai convidar o Vaticano para entrar no Mercosul.

Vingança Histórica:- a Inglaterra fica com as Ilhas Malvinas e a Argentina fica com o Vaticano.

O Papa Libera o bife de chorizo na sexta feira santa.

Dizem que o novo Papa é o homem mais importante do mundo e um dos mais importantes da Argentina.

Antes de escolher o nome "Francisco", os cardeais tiveram um enorme trabalho para convencer Dom Bergoglio de que "Jesus II" não ia pegar bem.

Comentário à boca pequena que está se espalhando nos corredores do Vaticano:- "Não havia um Argentino tão perto de Cristo desde Judas".

O Papa vai autorizar o uso da Hóstia em pó, para que o Maradona possa comungar... (excelente, essa!)

E para terminar, mais esta:

O PAPA FRANCISCO JÁ CONSEGUIU O PRIMEIRO MILAGRE, FAZER COM QUE O MUNDO GOSTASSE DE UM ARGENTINO.

quinta-feira, 13 de março de 2014

Papa Francisco: um ano de reino, muitas frases controversas - The Economist, Paulo Roberto de Almeida

A Economist da semana (8-14 Março) dedica toda uma matéria de três páginas inteiras (o que é uma distinção extraordinária, para os seus padrões) ao primeiro ano do papa Francisco, de onde retiro as frases abaixo, acrescentando meus breves comentários.

1) "The issue for those who do not believe in God is to obey their conscience".
Ainda que a frase pretenda demonstrar maior tolerância com respeito aos ateus, ela ainda peca (se o Papa me permite a expressão) por intolerância de fato com as "consciências". As pessoas não precisam acreditar ou desacreditar em Deus, ou deus, para seguir suas consciências respectivas; elas podem fazê-lo na ignorância total do fenômeno religioso. Colocar deus na história significa obrigar os "ateus" -- que na verdade não são ateus, já que não necessariamente eles se posicionam em relação a algo que não possui qualquer significado para eles -- a sempre se referir a algo que eles rejeitam fundamentalmente, o que é uma inacreditável ditadura mental, ou filosófica dos crentes (e não apenas dos cristãos ou católicos). Um ponto para a tolerância papal, zero para a filosofia.

2) "Today everything comes under the laws of competition and the survival of the fittest, where the powerful feed upon the powerless."
Mero preconceito do papa contra a competição, que é um dado da natureza, não um instrumento dos poderosos. Os pequenos mamíferos sobreviveram à catástrofe que vitimou os grandes dinossauros porque estavam mais adaptados aos recursos disponíveis num ambiente em transformação, e isso é competição natural, sem que haja qualquer sentido de valor nas ações, totalmente involuntárias, dos que pereceram e dos que sobreviveram. Esta pequena peça darwiniana também serve para demonstrar como o papa está enganado no seu julgamento anti-darwiniano, ou anti-darwinista, que na verdade se refere mais às simplificações que Herbert Spencer fez a respeito da obra de Charles Darwin do que da teoria da seleção natural em si. O papa está totalmente enganado quanto ao darwinismo, se apoiando numa versão simplória, e errada, do que representa a sobrevivência dos mais adaptados, não dos mais poderosos (o que os dinossauros eram, obviamente, em face dos pequenos mamíferos). Zero ponto em história natural para o papa.

3) "Just as the commandment: 'Thou shalt not kill', set a clear limit in order to safeguard the value of human life, today we also have to say 'Thou shalt not' to an economy of exclusion and inequality. (...) Not to share one's wealth with the poor is to steal from them."
Nada mais errado, o que demonstra, mais uma vez a inacreditável pobreza intelectual do papa em matéria de economia, aliás característica dos religiosos em geral, e da Igreja católica em particular. Esse preconceito contra a riqueza, o patrimônio e a propriedade é que mantém milhões de pobres na pobreza.
Em sociedades livres -- que são as que criaram o maior volume de riquezas no mundo, bastando olhar as que são livres e as que não são -- ninguém é obrigado a dividir o seu patrimônio com os que não têm nada, e isso não significa que os ricos tenham roubado algo dos mais pobres. Ladrões, geralmente, são alguns intermediários da riqueza social, como políticos e burocratas, não magnatas e milionários. Pobres são os que não tiveram educação e capacitação para se inserir no mercado de trabalho, ou em atividades diretamente produtivas, e criar a sua própria fonte de riqueza, e por vezes são obrigados a vender a sua força-de-trabalho para empresários ou os governos. Os níveis de salários obedecem, ou deveriam, às leis da oferta e da procura, salvo quando governantes malucos estabelecem níveis artificiais de salário mínimo -- o que fazem por pressão das máfias sindicais -- o que justamente deixa muitos pobres sem emprego, já que eles não possuem qualificação suficiente para assumir determinados postos de trabalho, e para o que sabem fazer, os empregadores não estão dispostos a pagar o salário mínimo que costuma ser colocado acima do equilíbrio de mercado.

A Economist termina por chamar Francisco de "papa peronista", no que ela tem inteiramente razão. O papa cresceu naquele ambiente contaminado pela ideologia peronista, e mesmo sem querer foi sequestrado pelo cadáver do homem que inviabilizou a Argentina (com a ajuda de vários outros, mas ele foi o principal). Se vocês querem ter uma receita de pobreza e de decadência durante todo o século 20, basta olhar a Argentina.
Será que o papa Francisco vai fazer o mesmo com a Igreja Católica?

Paulo Roberto de Almeida
Hartford, 13/04/2014


quarta-feira, 25 de dezembro de 2013

A "doutrina" economica da Igreja e seus desajustes com a realidade - Nicolas Cachanosky

Na verdade, não existe uma "doutrina" econômica da Igreja Católica, simplesmente porque a Igreja não tem bons economistas, ou sequer dispõe de simples economistas. A Igreja, de vez em quando, convida para alguma conversa pretendidamente orientadora alguns economistas -- alguns liberais, outros intervencionistas, muitos apenas do mainstream, sem preferências muito marcadas -- e, dependendo do papa e dos cardeais, ou quaisquer outros sacerdotes-burocratas que assessoram o papa nessas questões, acaba saindo desse tipo de exercício um documento mais ou menos distributivista.
Reparem que eu disse distributivista, pois essa é a única coisa de que são capazes os padrecos metidos a "economistas", até mesmo o papa.
A Igreja não tem qualquer qualificação para um estudo econômico sério, inclusive porque ela tem algumas viseiras mentais que atrapalham ou mesmo impedem uma reflexão mais séria e profunda sobre as questões da produção, do consumo, investimento, distribuição de renda, crescimento, desigualdade, etc. Ela reflete algumas poucas frases do velho e do novo testamento e com isso pretende resolver sua profunda ignorância das coisas econômicas fazendo uma profissão de fé pelos mais pobres. Como estes sempre serão a maioria -- e ainda são, pelo menos no planeta, mas não necessariamente nos países mais avançados -- a Igreja fica demagogicamente com essa maioria, e com isso se descarrega mentalmente, ao adotar um padrão econômico absolutamente inviável do ponto de vista da criação de riqueza e de seus efeitos distributivos. Entre o mercado e o Estado, a Igreja prefere entregar os mecanismos distributivos para burocratas do Estado, porque supõe, implicitamente (e equivocadamente) que estes, se bem orientados por sua doutrina social distributiva (mas não econômica), poderão fazer o máximo de bondade para os pobres e desvalidos. Essa é a "doutrina econômica" da Igreja, ou seja, os homens de boa vontade, guiados pela fraternidade cristã, se encarregarão de repartir o "excesso" de riqueza concentrada nas mãos dos mais afortunados. Estes, também muito cristãos, consentirão em entregar uma parte de sua riqueza e assim todos estarão mais felizes, e o mundo seria um lugar melhor do que é.
Todos esses equívocos estão presentes na última mensagem do papa, que aliás retrocede em relação ao que pensavam a respeito o papa Benedito e João Paulo II, bem mais "mercadistas" na minha impressão (o primeiro por conhecer a Alemanha oriental, o segundo por ter vindo da Polônia, países tornados miseráveis pelo socialismo).
Bem, eu sugiro que a Igreja faça mais seminários com economistas, mas que sobretudo ela examine a história econômica e veja quais são os dados da realidade. Mesmo se ela não quiser estudar teoria econômica, e ler dos dados da história, pode ficar com alguns dados mais atuais, como os abaixo relatados por esse economista simples...
Paulo Roberto de Almeida

O papa Francisco, a desigualdade de renda, a pobreza e o capitalismo
Instituto Mises Brasil, sexta-feira, 13 de dezembro de 2013

 

94571746.jpgAs críticas ao livre mercado feitas pelo papa Francisco em sua Exortação Apostólica Evangelii Gaudium ("A Alegria do Evangelho") geraram fortes reações ao redor do mundo.  Uma atenção especial foi dedicada a uma passagem na qual o documento faz uma crítica "às teorias do 'gotejamento'[1], as quais supõem que o crescimento econômico, estimulado por um livre mercado, irá inevitavelmente produzir maior igualdade e inclusão social no mundo. Esta opinião, que nunca foi confirmada pelos fatos, exprime uma confiança vaga e ingênua na bondade daqueles que detêm o poder econômico e nos mecanismos sacralizados do sistema econômico reinante." (cap. 2, parágrafo 54).
Em primeiro lugar, é sim válido admitir a possibilidade de haver nuanças semânticas que podem levar a interpretações errôneas, pois Evangelii Gaudiium  não é um documento econômico.  Ademais, o "sistema econômico reinante" não é exatamente uma cópia heliográfica de um livre mercado.  No entanto, a crítica ao livre mercado é clara e é difícil contestar que o documento não esteja se referindo ao livre mercado, mesmo se considerarmos as nuanças semânticas.  Em segundo lugar, o termo "gotejamento" não é um termo técnico, muito menos uma teoria, mas sim apenas uma palavra depreciativa utilizada pela esquerda e por outros grupos críticos ao livre mercado.  
Este escorregão terminológico (apenas um exemplo dentre vários outros) sugere a necessidade de mais cuidado em relação às fortes alegações feitas pelo documento em relação a questões econômicas.  Declarações categóricas em um documento desta importância deveriam ser mais bem articuladas e fundamentadas.  Imagine um documento econômico crítico à Igreja fazendo um uso claramente superficial da linguagem utilizada pela entidade, acompanhada por adjetivos como "vaga e ingênua".  Utilizar definições imprecisas pode fazer com que vejamos problemas que na realidade não existem. 
Em terceiro lugar, o efeito produzido pela Evangelii Gaudium sobre a opinião pública nos convida a analisar e a comparar alguns indicadores gerais sobre o bem-estar econômico e social daqueles países que são mais inclinados ao livre mercado em relação àqueles que são menos propensos ao livre mercado.  Seria verdade que o livre mercado deixa os mais pobres desamparados e marginalizados?  O que há de verdade e o que há de mito nas frequentes e abundantes críticas ao "capitalismo selvagem"?  O que o papa Francisco expressou foi, na realidade, apenas uma repetição desta generalizada crença que permeia vários setores da sociedade na maioria dos países ao redor do mundo.
Se agruparmos os países do mundo em quatro categorias de acordo com sua liberdade econômica fica mais fácil obter uma perspectiva da situação social e econômica dos países mais livres e dos menos livres.  Isso permite a obtenção de um gradiente de resultados e também nos permite observar as diferenças entre os países mais livres e os menos livres.  É importante deixar claro que foram levados em conta os dados de todos os países, e não apenas os dados de alguns poucos (mais detalhes metodológicos aqui) — afinal, tal trapaça permitiria que tanto um crítico quanto um defensor do livre mercado escolhessem apenas aqueles países que mais lhes fossem convenientes.  É necessário utilizar toda a amostra como referência, e não uma mera seleção ad hoc.
Vamos, então, analisar alguns dados econômicos e sociais dos países ao redor do mundo de acordo com sua liberdade econômica.
Os gráficos a seguir mostram o PIB per capita mensurado de acordo com a paridade do poder de compra da população (ou seja, já ajustado pelo custo de vida) e a taxa de crescimento médio durante um período de 10 anos.  Os países estão separados em quatro grupos de acordo com sua liberdade econômica.  Em azul, o grupo dos países economicamente mais livres do mundo.  Em vermelho, o grupo dos menos livres.  Em verde e em amarelo, os países de liberdade intermediária, sendo os países do grupo verde mais livres que os do grupo amarelo. 
Como os gráficos mostram, os países mais livres não apenas são mais ricos, como também crescem mais rapidamente no longo prazo. (As fontes estão listadas no final do artigo.)
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Gráfico 1: PIB per capita ajustado pelo poder compra.  Em azul, o grupo dos países economicamente mais livres do mundo.  Em vermelho, o grupo dos menos livres.  Em verde e em amarelo, os países de liberdade intermediária, sendo os países do grupo verde mais livres que os do grupo amarelo.

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Gráfico 2: taxa de crescimento médio do PIB per capita entre 1991 e 2011. Em azul, o grupo dos países economicamente mais livres do mundo.  Em vermelho, o grupo dos menos livres.  Em verde e em amarelo, os países de liberdade intermediária, sendo os países do grupo verde mais livres que os do grupo amarelo.

Ao serem confrontados com estes resultados, a principal objeção apresentada pelos intervencionistas é que o PIB per capita (ajustado pela paridade do poder de compra) é apenas um valor médio, o qual nada diz sobre a distribuição de renda.  Ao recorrerem a este argumento, a intenção implícita dos intervencionistas é afirmar que os países mais ricos apresentam uma distribuição de renda mais desigual.  Ou seja, o crescimento gerado pelo livre mercado seria inegável, mas seria um crescimento imoral.
Antes de tudo, é válido observar que a maneira como a renda é distribuída pode ter várias causas.  Um sistema em que haja uma distribuição desigual de renda em decorrência do fato de que o partido político que está no poder beneficia alguns poucos setores empresariais (como ocorre no "capitalismo de estado") à custa dos consumidores é diferente de um sistema em que as diferenças na distribuição de renda ocorrem em decorrência do fato de que alguns empreendedores e indivíduos são mais bem-sucedidos do que outros.  O primeiro caso retrata uma distribuição de renda "ruim" ao passo que o segundo caso representa uma distribuição "boa", pois ela promove o real crescimento econômico. 
Essa diferença conceitual — e o fato de que impor uma igualdade de renda requer a abolição da igualdade perante a lei — parece ser um problema ignorado por aqueles que utilizam a distribuição de renda como principal argumento contra o livre mercado.
Por exemplo, onde estão os Steve Jobs, os Bill Gates e os Jeff Bezos de países como Cuba e Coréia do Norte?  Uma maneira de constatar se a distribuição de renda de um país é tão ruim quanto alegam os intervencionistas é analisar a fatia da renda recebida pelos 10% mais pobres da população.
Os gráficos a seguir mostram a renda per capita dos 10% mais pobres dos quatro grupos de países.  O gráfico 3 mostra que os 10% mais pobres recebem, em média, a mesma porcentagem da renda tanto nos países mais livre quanto nos menos livres, o que significa que a fatia de renda apropriada pelos mais pobres é semelhante independentemente da liberdade econômica do país.
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Gráfico 3: porcentagem da renda total apropriada pelos 10% mais pobres.  Em azul, o grupo dos países economicamente mais livres do mundo.  Em vermelho, o grupo dos menos livres.  Em verde e em amarelo, os países de liberdade intermediária, sendo os países do grupo verde mais livres que os do grupo amarelo.

Como mostrado no gráfico acima, se você faz parte dos 10% mais pobres, não faz muita diferença se você vive em um dos países menos livres do mundo ou em um dos mais livres.  Em termos de percentuais, seu grupo irá receber aproximadamente apenas 2,6% da renda total.
No entanto, há uma diferença crucial: o valor desta renda.  Se você vive em um dos países menos livres do mundo, você terá de se virar com US$932 por ano.  Por outro lado, se você vive em um país livre, você terá uma renda anual de US$10.556.  Este detalhe não é nada insignificante.
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Gráfico 4: renda anual per capita dos 10% mais pobres. Em azul, o grupo dos países economicamente mais livres do mundo.  Em vermelho, o grupo dos menos livres.  Em verde e em amarelo, os países de liberdade intermediária, sendo os países do grupo verde mais livres que os do grupo amarelo.

Novamente, ao serem confrontados com estes resultados, a principal objeção apresentada pelos intervencionistas é que estes dados mostram apenas o quintil da renda mais baixa, e que seria mais apropriado prestar atenção a indicadores como o Coeficiente de Gini, o qual mensura a distribuição de renda de toda a população.  Uma distribuição perfeitamente igualitária resulta em um Coeficiente de Gini de 0, e uma distribuição perfeitamente desigual (no qual apenas um indivíduo concentra toda a riqueza do país) resulta em um valor de 100.
O gráfico abaixo mostra o Coeficiente de Gini para os 25 países mais economicamente livres (em vermelho) e os 25 países menos economicamente livres (em azul).  Atenção que a partir de agora as cores se invertem: os países mais economicamente livres estão em vermelho, e os menos, em azul.
Como pode ser visto, na média, as economias mais livres apresentam uma melhor distribuição de renda de acordo com este indicador.  O argumento de que economias livres apresentam maior desigualdade de renda é um mito gerado pelo simples erro de se observar apenas alguns poucos países e não a totalidade da amostra.  Ao selecionarmos apenas alguns poucos países podemos inconscientemente escolher países que confirmam nossas ideologias e ideias pré-concebidas.  Mas isso não ocorre se analisarmos toda a amostra. 
Logo, a pergunta é: se você sabe que pertencerá à seção dos mais pobres de uma população, em qual tipo de país você preferiria viver: em um dos mais livres do mundo ou em um dos menos livres?  Os mais "pobres" dos EUA, por exemplo, possuem uma renda 60% maior do que a renda da população mundial.
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Gráfico 5: Coeficiente de Gini para os 25 países mais economicamente livres do mundo (vermelho) e para os 25 menos livres do mundo (azul).  Quanto menor o número, menor a desigualdade de renda entre pobres e ricos.

Novamente, ao serem confrontados com estes resultados, a principal objeção apresentada pelos intervencionistas é que os dados representam apenas uma fotografia do momento; ele não captam a evolução dos dados, os quais mostrariam que os ricos estão ficando mais ricos e os pobres, mais pobres. 
O gráfico abaixo mostra a mudança ocorrida na renda média de cada quintil de renda da população.  Como é possível ver, é verdade que os ricos estão ficando mais ricos (exceto justamente no quintil superior), mas o fato é que os quintis de renda mais baixa estão, na média, vivenciando um aumento de renda a uma taxa superior ao aumento observado nos quintis maiores.  O gráfico mostra a diferença de renda entre pais e filhos que pertencem ao mesmo quintil.
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Gráfico 6: evolução da renda da população nos países mais economicamente livres do mundo separadas por quintis.  Em azul, a renda dos pais.  Em vermelho, a renda dos filhos, ou seja, a renda da geração seguinte.

Não apenas é um mito dizer que as economias que apresentam mercados mais livres são mais propensas a apresentar uma pior distribuição de renda, como a realidade é que a pobreza diminuiu ao longo das últimas décadas.
O gráfico abaixo mostra o declínio da população que vive com menos de US$1 por dia entre 1970 e 2000.  Durante estes 30 anos, a população que ganha menos de US$1 por dia caiu para quase um terço do valor inicial.  Dado que as economias mais livres estão crescendo mais rapidamente, e que as economias menos livres estão crescendo mais lentamente, fica claro qual é o grupo de países que está liderando a redução da pobreza e qual é o grupo que está retardando o processo.
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Gráfico 7: distribuição mundial de renda.  No eixo X, o valor da renda per capita.  No eixo Y, o número de pessoas que ganham um valor específico de renda per capita.  Observe o marco do $1/day (um dólar por dia) e como o número de pessoas que ganham esse valor específico caiu ao longo de três décadas.

Vejamos agora alguns indicadores sociais e ambientais que são de interesse geral.  O gráfico 8 mostra o trabalho infantil, o gráfico 9 mostra a poluição ambiental e o gráfico 10 mostra a taxa de desmatamento.  Novamente é possível ver a persistência dos mitos sobre os supostos malefícios do livre mercado.  Os países mais livres do mundo, na média, apresentam menos trabalho infantil e níveis mais baixos de poluição.  Já o gráfico 10 mostra que os países menos livres, na média, apresentam mais desmatamento, ao passo que os mais livres estão reflorestando suas terras.
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Gráfico 8: Porcentagem de crianças entre 5 e 14 anos que trabalham. Em azul, os países menos economicamente livres.  Em vermelho, os países mais economicamente livres.

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Gráfico 9: Nível de poluição.  Em azul, os países menos economicamente livres.  Em vermelho, os países mais economicamente livres.

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Gráfico 10: taxa de desmatamento (negativa) e de reflorestamento (positiva). Em azul, os países menos economicamente livres.  Em vermelho, os países mais economicamente livres

Conclusão
Primeiramente, defensores do livre mercado não afirmam que tal sistema econômico é perfeito.  Mas promover intervenções no mercado utilizando a desculpa de que o mercado não é perfeito é uma medida que não ajuda em nada na criação de riqueza e na redução da pobreza.  De fato, o livre mercado não é perfeito; no entanto, é insensato fazer desta imperfeição a desculpa para se promover arranjos institucionais menos eficientes.
Segundo, todos os resultados acima se mantêm se olharmos as diferenças entre os países mais e menos livres, porém restringindo a amostra somente para países pequenos.  Ou seja, os dados acima não decorrem de uma deturpação estatística gerada por "países grandes", os quais, simplesmente por serem grandes, afetam os resultados gerais.
Terceiro, os mesmos resultados também são observados se pegarmos apenas o grupo dos países menos livres e analisarmos os países mais livres e os menos livres dentro deste grupo.  Isso significa que a teoria da exploração internacional não se sustenta.  Dentro do grupo dos países menos livres, as economias que possuem mais liberdade apresentam indicadores sociais e econômicos melhores do que os das economias menos livres.
Por último, mas não menos importante, os comentários presente neste artigo se propõem a desmascarar críticas comuns feitas ao livre mercado, as quais são opiniões generalizadas que transcendem em muito o documento papal em questão.  Estes comentários não têm a intenção de questionar a autoridade espiritual e religiosa das autoridades máximas da Igreja, mas é sempre bom não confundir autoridade espiritual e religiosa com autoridade econômica.
Fontes utilizadas:



[1] Este termo pejorativo é uma tradução livre da expressão "trickle-down economics", criada durante a Grande Depressão, mas popularizada durante a era Reagan.  A expressão "trickle-down", que literalmente significa "pingar de cima para baixo", é uma referência pejorativa à teoria de que cortes de impostos para os mais ricos irão acabar beneficiando também os mais pobres — daí a expressão "pingar de cima para baixo".
Nicolás Cachanosky é professor assistente de Economia na Metropolitan State University, em Denver.

terça-feira, 24 de dezembro de 2013

O papa Francisco e sua "economia jesuitica", totalmente equivocada, obviamente (Independent Institute)

Três textos, absolutamente críticos, das recentes manifestações "econômicas" do papa Francisco, que eu achei totalmente despropositadas, mais próximas da teologia (equivocada) da libertação do que do mainstream economics. Nem se pode dizer que suas posições sejam keynesianas, pois o keynesianismo -- e sua vertente da "síntese neo-keynesiana", não do keynesianismo de botequim, que vigora entre nós -- é um pouco mais inteligente do que as alegações ingênuas do papa contra o lucro, o consumismo, o egoísmo, enfim, essas bobagens que os padrecos vivem repetindo por pura ignorância da teoria e da história econômicas.
Bem, vejamos simplesmente o resumo e depois basta clicar nos links, para ler os textos por inteiro.
Paulo Roberto de Almeida


Pope Francis Denies Beneficence of Free Markets

What to make of Pope Francis's new economic manifesto, Evangnelli Gaudium, in which His Holiness claims that there's no factual basis for believing that free markets bring about "greater justice and inclusiveness in the world"? Here are excerpts from responses by three Independent Institute scholars, beginning with Independent Institute Senior Fellow Benjamin W. Powell and his Texas Tech University colleague Darren Hudson: "In the freest of countries the poorest 10 percent of the population earns an average annual income of more than $10,000," Powell writes in the Huffington Post. "Drop down to just the next quarter of countries (the 50 to 75th percentile) and the poorest 10 percent average only $3,800. In the least free countries they earn less than $1,000." READ MORE

Pope Francis's Erroneous Economic Pontifications, by Benjamin W. Powell and Darren Hudson (The Huffington Post, 12/20/13)

Once Again, Pope Francis, by Alberto Benegas-Lynch Jr. (12/23/13)

Papal Economics, by John C. Goodman (Townhall, 12/20/13)

domingo, 15 de dezembro de 2013

A economia politica do Papa Francisco: marxismo jesuitico? - Heather Horn

Pope Francis's Theory of Economics


  

Pope Francis and, clockwise from top left: Keynes, Polanyi, Hayek, and Marx (Reuters/Giampiero Sposito/Wikimedia Commons)
It would make for some pretty amazing headlines if Pope Francis turned out to be a Marxist.
Between his hints at rehabilitating liberation theology—condemned by his predecessors—and talk about casting off "the economic and social structures that enslave us," Marxism isn't totally out of the question.
But happily for nervous church leaders, Francis's first Apostolic Exhortation, issued Tuesday, doesn't quite suggest someone who would get "Marx" in an Internet-style "Which Economic Theorist Are You?" quiz. Granted, he wouldn't exactly get Friedrich von Hayek or Ayn Rand, either.
But you know whom he might plausibly be matched with, though? A favorite political economist of anti-free market academics: Karl Polanyi.
Karl Polanyi is most famous for his book The Great Transformation, and in particular for one idea in that book: the distinction between an "economy being embedded in social relations" and "social relations [being] embedded in the economic system." 

Polanyi's Big Idea: The Economy Has to Serve Society, Not the Other Way Around

Economic activity, Polanyi says, started off as just one of many outgrowths of human activity. And so, economics originally served human needs. But over time, people (particularly, policy-making people) got the idea that markets regulated themselves if laws and regulations got out of their way. The free market converts told people that "only such policies and measures are in order which help to ensure the self-regulation of the market by creating the conditions which make the market the only organizing power in the economic sphere." Gradually, as free market-based thinking was extended throughout society, humans and nature came to be seen as commodities called "labor" and "land." The "market economy" had turned human society into a "market society."
In short (as social sciences professors prepare to slam their heads into their tables at my reductionism), instead of the market existing to help humans live better lives, humans were ordering their lives to fit into the economy.
What Pope Francis Said
Now, back to the pope. Pope Francis, in his exhortation, notably does not call for a complete overhaul of the economy. He doesn't talk revolution, and there's certainly no Marxist talk of inexorable historical forces.
Instead, Francis denounces, specifically, the complete rule of the market over human beings—not its existence, but its domination.
"Today everything comes under the laws of competition and the survival of the fittest," he writes. "Human beings are themselves considered consumer goods to be used and then discarded," and "man is reduced to one of his needs alone: consumption." He rejects the idea that "economic growth, encouraged by a free market, will inevitably succeed in bringing about greater justice and inclusiveness in the world." Instead, he argues, growing inequality is "the result of ideologies which defend the absolute autonomy of the marketplace and financial speculation," which "reject the right of states, charged with vigilance for the common good, to exercise any form of control." And he repeats the exact language he used in an early address: "Money must serve, not rule!"
Seeing the similarities yet?

Polanyi, the Pope, and Blaming the Market for Big Crises

Where things get really interesting is when Pope Francis brings up the financial crisis. "One cause of this situation," he writes, "is found in our relationship with money, since we calmly accept its dominion over ourselves and our societies. The current financial crisis can make us overlook the fact that it originated in a profound human crisis: the denial of the primacy of the human person!"
It's nothing new to say the financial crisis came from a lack of regulation. That's a fairly popular analysis. But what Pope Francis is saying is more Polanyan, hearkening back to the idea that the tipping point has to do with the relationship between the market and society/humanity, and which is subordinate to the other. Just as Polanyi argued that the extension of the market economy across the globe (through the gold standard) was the root cause of World War I (and you'll have to go back to the original book for that, but it's a beautifully, hilariously gutsy, Guns, Germs, and Steel kind of argument), Francis is arguing that failing to keep humanity at the center of our economic activity was the root cause of the financial crisis.

A Vision for the Future

One of the tricky and crucial parts of Polanyi's argument is that he doesn't actually believe (at least, back in the 1940s, when he was writing) that we're living in a world where the economy has become fully disembedded from society. This "Utopia," he writes, that many economic theorists and policymakers are foolishly striving for, "could not exist for any length of time without annihilating the human and natural substance of society; it would have physically destroyed man and transformed his surroundings into a wilderness."
Pope Francis has a similarly gloomy view of global survival in the face of unchecked capitalism: "In this system, which tends to devour anything which stands in the way of increased profits, whatever is fragile, like the environment, is defenseless before the interests of a deified market, which become the only rule." 
So what's the way out? At the time Polanyi's book was published, he was betting on social democracy being the answer, so long as governments worked together internationally. And you know what? That is pretty darn close to what the pope urges as well. He doesn't think this can be solved with personal charity:
Growth in justice ... requires decisions, programmes, mechanisms and processes specifically geared to a better distribution of income, the creation of sources of employment and an integral promotion of the poor which goes beyond a simple welfare mentality. I am far from proposing an irresponsible populism, but the economy can no longer turn to remedies that are a new poison ... We need to be convinced that charity “is the principle not only of micro-relationships (with friends, with family members or within small groups) but also of macro-relationships (social, economic and political ones)”. ... Each meaningful economic decision made in one part of the world has repercussions everywhere else; consequently, no government can act without regard for shared responsibility. Indeed, it is becoming increasingly difficult to find local solutions for enormous global problems which overwhelm local politics with difficulties to resolve. If we really want to achieve a healthy world economy, what is needed at this juncture of history is a more efficient way of interacting which, with due regard for the sovereignty of each nation, ensures the economic well-being of all countries, not just of a few.
The parallels aren't perfect. Polanyi has some ideas about the Gospels ignoring social reality that the pope might not be on board with. But for now, at least, Polanyi certainly looks like a closer fit for the pope than Marx. And the pope and Polanyi have this in common: They're both surprisingly popular on liberal university campuses right now.
If you find a shot of His Holiness reading The Great Transformation onhis bus ride, let us know.


  


Heather Horn is a senior associate editor at The Atlantic. She is a former features editor and staff writer for The Atlantic Wire, and was previously a research assistant at the Carnegie Endowment for International Peace


sexta-feira, 13 de dezembro de 2013

Papa Francisco: precisa de um bom manual de economia, ou de boas leituras...

Eu poderia recomendar uns dois ou três livros de economia ao papa, para ajudá-lo a reajustar sua visão profundamente equivocada do mundo econômico. Se nenhum conselheiro econômico corrigi-lo, ele vai continuar a falar bobagens; a menos que seja intencional.
Seria bem jesuítico isso...
Paulo Roberto de Almeida 


Le pape François, le 27 novembre 2013, au Vatican. REUTERS/MAX ROSSI

Le pape dénonce l’abandon d’une « saine économie »

Blog : Digne de foi

Le pape va-t-il une nouvelle fois être traité de " marxiste et de néo-socialiste " par les néo-cons américains ? Après son texte programmatique du 26 novembre, qui lui a valu ses accusations,  et dans lequel François dénonçait " la main invisible du marché " et " la culture du déchet ", le pape renouvelle sa charge contre les méfaits de la crise financière dans son premier message pour la paix, publié jeudi 12 décembre et qui sera lu dans toutes les églises le 1er janvier.
Pour de nouveaux "modes de vie"
Intitulé La fraternité, fondement et route pour la paix, ce texte dénonce " les éthiques contemporaines caractérisées par un individualisme diffus, un égocentrisme et un consumérisme matérialiste, qui affaiblissent les liens sociaux, en alimentant cette mentalité du “ déchet ”, qui pousse au mépris ". "La succession des crises économiques doit nous amener à repenser nos modèles de développement économique et à changer nos modes de vie", exhorte-t-il donc en s'appuyant abondamment sur les textes de ses prédécesseurs et sur la doctrine sociale de l’Eglise, sans rupture sur le fond.
Selon le pape, " ces graves crises financières et économiques qui trouvent leur origine dans l’éloignement progressif de l’homme vis-à-vis de Dieu et la recherche avide des biens matériels " poussent de nombreuses personnes à " rechercher la satisfaction, le bonheur et la sécurité dans la consommation et dans le gain, au-delà de toute logique d’une saine économie ". S’en prenant aux très hauts revenus, il insiste donc sur la nécessité de mettre en œuvre " des politiques qui servent à atténuer une répartition inéquitable excessive du revenu ".
Les biens privés comme biens communs
A l’appui de sa démonstration, qui risque de lui attirer de nouvelles critiques de la part de certains milieux économiques, François livre un rapide rappel de la doctrine sociale de l’Eglise. " Nous ne devons pas oublier l’enseignement de l’Église sur ce qu’on appelle l’hypothèque sociale, sur la base de laquelle, comme le dit saint Thomas d’Aquin, il est permis et même nécessaire " que l’homme ait la propriété des biens " ; quant à l’usage, " il ne doit jamais tenir les choses qu’il possède comme n’appartenant qu’à lui, mais les regarder aussi comme communes, en ce sens qu’elles puissent profiter non seulement à lui mais aussi aux autres " ". 
Dans un long catalogue des maux du monde, que seule " la fraternité " peut résoudre, le pape François, dans la lignée de ses prédécesseurs, s’inquiète des " graves atteintes aux droits humains fondamentaux, surtout au droit à la vie et à la liberté religieuse ", du " tragique phénomène du trafic des êtres humains ", de la " mondialisation de l’indifférence ", du " drame déchirant de la drogue sur laquelle on s’enrichit dans le mépris des lois morales et civiles ", de " la dévastation des ressources naturelles et de la pollution ", de "la tragédie de l’exploitation dans le travail ", des " trafics illicites d’argent comme la spéculation financière ", de " la prostitution qui chaque jour fauche des victimes innocentes ", de " l’abomination du trafic des êtres humains, des délits et abus contre les mineurs, de " l’esclavage ", de " la tragédie souvent pas entendue des migrants sur lesquels on spécule indignement dans l’illégalité ", des " conditions inhumaines de tant de prisons, où le détenu est souvent réduit à un état sous-humain ", de " la persistance honteuse de la faim dans le monde ".
S’appuyant sur la théologie, le pape considère que la " fraternité ", gage de " paix et de justice " s’apprend " au sein de la famille", soulignant au passage "les  rôles responsables et complémentaires de tous ses membres, en particulier du père et de la mère ". Enfin, dans un contexte marqué par divers conflits qui mettent aux prises des groupes religieux à travers le monde, notamment en Centrafrique, le pape réitère la demande traditionnelle du Vatican pour " la non prolifération des armes et du désarmement de la part de tous, en commençant par le désarmement nucléaire et chimique ".
Stéphanie Le Bars

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