O que é este blog?

Este blog trata basicamente de ideias, se possível inteligentes, para pessoas inteligentes. Ele também se ocupa de ideias aplicadas à política, em especial à política econômica. Ele constitui uma tentativa de manter um pensamento crítico e independente sobre livros, sobre questões culturais em geral, focando numa discussão bem informada sobre temas de relações internacionais e de política externa do Brasil. Para meus livros e ensaios ver o website: www.pralmeida.org. Para a maior parte de meus textos, ver minha página na plataforma Academia.edu, link: https://itamaraty.academia.edu/PauloRobertodeAlmeida;

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sexta-feira, 30 de dezembro de 2016

Cem anos da revolucao bolchevique de 1917: impacto na AL: chamada para artigos

Para os que consideram que o evento em si, e suas consequências mais amplas (Comintern, etc.), teve grandes repercussões na América Latina.
Teve sim, mas não tão grande quanto supõem certos saudosistas do socialismo.
Sobraram alguns partidecos irrelevantes, aqui e ali, e um regime stalinista empenhado em um programa de regime forçado sobre seu próprio povo, além de suprimir completamente qualquer sinal de liberdade que poderia haver. Só não é pior que o stalinismo demencial da Coreia do Norte.
Paulo Roberto de Almeida

CF: Convocatoria.
1917-2017: Cien Años de la Revolución Rusa en América Latina
by Marc Becker

“Las repercusiones de la revolución de octubre fueron mucho más profundas y generales que las de la revolución francesa, pues si bien es cierto que las ideas de ésta siguen vivas cuando ya ha desaparecido el bolchevismo, las consecuencias prácticas de los sucesos de 1917 fueron mucho mayores y perdurables que las de 1789. La revolución de octubre originó el movimiento revolucionario de mayor alcance que ha conocido la historia moderna. Su expansión mundial no tiene parangón desde las conquistas del Islam en su primer siglo de existencia.” (Hobsbawm, Historia del siglo XX. Buenos Aires, Crítica, 1998).

La confluencia del auge del capitalismo tardío, la universidad neoliberal, la precariedad del trabajo intelectual, el debilitamiento del movimiento laboral, el retroceso de la izquierda latinoamericana y los populismos de ultraderecha, ha estimulado la idea de que las transformaciones provocadas en diferentes planos por la Revolución Rusa—que afectaron la vida de millones de seres humanos—, hoy forman parte del pasado, quedando anacrónico su legado. El surgimiento de dichos fenómenos ha contribuido a distorsiones y hasta falsificaciones no sólo de la propia Revolución Rusa, sino de su influencia global. Comúnmente se tacha la experiencia revolucionaria con argumentos tales como: “el poder fue tomado por unos pocos”; “el partido bolchevique sustituyó a la clase”, “se aplicó un terror rojo sobre quienes dieron sustento al proceso revolucionario”, “el bolchevismo es el pasado”, entre otros.

La consecuencia inmediata de esto ha sido la invisibilización de los enormes logros de la Revolución Rusa en materia de cuestiones sociales, culturales y política-económicas; además de la corrosión gradual de la contribución de Lenin, de Trotsky y Gramsci a la historia; sin mencionar el legado de las combatientes campesinas; y de Krupskaya, Stassova, Kollantai u otras mujeres aliadas, como Rosa Luxemburgo. Pero parafraseando a Marx, los rumores de la muerte de su influencia se han comprobado prematuros.

Sin embargo, la Revolución Rusa ha influenciado fuertemente al continente latinoamericano-caribeño con procesos como las secuelas y derivas de la Revolución Mexicana; las manifestaciones obreras anarquistas de Brasil en 1917 (ver el libro icónico 1917: El Año Rojo); la rebelión del militar socialista Marmaduke Grove (1932), las décadas que van desde el Frente Popular (1936-1941) hasta la Unidad Popular (1970-1973) en Chile; pasando por las revoluciones antiimperialistas en Bolivia (1952), Cuba (1959-), Nicaragua (1979-1990) y Granada (1983); las resistencias armadas posguerras de Nicaragua, El Salvador, Colombia, Venezuela, Uruguay, Argentina, y Brasil; hasta la revolución bolivariana de Hugo Chávez, el Movimento sim Terra en Brasil; los movimientos estudiantiles a partir de la reforma universitaria en Córdoba, Argentina (1918) hasta nuestros días; y los partidos comunistas, socialistas y revolucionarios de toda la América Latina; además de varios movimientos feministas.

La difusión de los procesos e ideas no es lineal. Los movimientos sociales suelen mezclar diferentes influencias (véase por ejemplo al MST). Podríamos aseverar que la historia de los últimos cien años responde—en una u otra medida—a la influencia de los acontecimientos que parieron a la Unión Soviética. Emergen a través de la época variantes marxistas-leninistas, trotskistas y estalinistas, desembocando en distintos feminismos; van acompañadas por un espectro de políticas desde la “revolución por etapas” hasta su rechazo por las guerrillas armadas. Típicamente dichos límites se definen por la interrogativa: ¿Reforma o Revolución? Derrotadas con cierta frecuencia por el imperialismo en conjunto con sus aliados neocoloniales, dichas experiencias han tendido a reconstituirse, pasando por procesos constantes de composición, descomposición y recomposición.

Tensiones Mundiales llama a la presentación de artículos para un número especial centrado en una reflexión crítica del legado de la Revolución Rusa en América Latina y el Caribe. El objetivo principal es abrir el debate sobre las muchas y variadas influencias de la Revolución Rusa en América Latina y el Caribe: por ejemplo, en el campo de la vida social, la cultura, el arte, la educación, las ciencias, la salud, la arquitectura, y la política. Se solicitan artículos dedicados a los temas siguientes, sin ser exclusivos:

Las revoluciones latinoamericanas y su relación con el Marxismo soviético. (Casos de Estudio: p.e., la influencia soviética en la praxis histórica de la educación, la medicina, las cooperativas, el cine, políticas internacionales, las guerrillas internacionalistas)
Revoluciones exitosas, revoluciones fracasadas: su relación con el Octubre Rojo (p.e., La Revolución Mexicana, La Revolución Cubana, La Revolución Sandinista, La Revolución Boliviana).
Los feminismos y feministas marxistas: sus proyectos sociales después de Octubre.
Las clases sociales latinoamericanas y su relación con el Octubre Rojo.
Utopías, Romanticismo y Revolución.
6.   El Marxismo de intelectuales como Mariátegui, Marta Harnecker, Che Guevara, Celia Hart Santamaría: ¿Cómo respondió al legado de Octubre?

Octubre en los proyectos de la marea rosada: socialismo y populismo.
Los partidos Marxistas en la práctica política y los caminos del centralismo democrático.

Favor preparar su artículo original de acuerdo con las normas de la revista, para enviar vía el sistema electrónico: ver http://www.tensoesmundiais.net/ Solicitamos también reseñas de libros relevantes al tema del número; sugerimos contactarse primero con el equipo respecto a la relevancia del texto.

Fecha de límite para contribuciones: 30 de abril del 2017
Fecha de límite para correcciones:     30 de julio del 2017
Fecha de publicación del número:      septiembre del 2017


Contactos:        Camila Costa (portugués)        camila_al_costa@yahoo.com.br
                            Débora D’Antonio (español)   dantoniodebora7@gmail.com
                            Robert Austin (inglés)              r.austin@sydney.edu.au

Robert Austin, Grad. Cert. IV (Workplace Ed), BA (Hons), Grad. Dip. Ed., M.Ed, Ph.D
Honorary Associate, Dept. of Peace & Conflict Studies
School of Social & Political Sciences/Fac. of Arts & Social Sciences
University of Sydney, NSW, 2006, Australia
p 61 2 9351 3971 | f 61 2 9660 0862
w https://sydney.academia.edu/RobertAustin
w http://sydney.edu.au/arts/peace_conflict/people/visiting_scholars.shtml
e r.austin@sydney.edu.au

quinta-feira, 29 de dezembro de 2016

As previsoes imprevisiveis do Sachsida para 2017

Eu ainda estou devendo as minhas previsões imprevisíveis (o que faço todo ano) para 2017, mas antes seguem as do meu amigo Adolfo Sachsida, o melhor economista p revisionista que conheço. Mas ele também não sabe o que vai acontecer em 2017, ninguém sabe, pois tudo pode acontecer, inclusive coisas boas...
Paulo Roberto de Almeida 

QUARTA-FEIRA, 28 DE DEZEMBRO DE 2016

Previsoes do Sachsida para 2017

Antes de informar ao leitor sobre minhas previsões para 2017 (que estao na parte final do texto), deixo aqui registrado um modesto: eu não sei o que irá ocorrer em 2017. Esta é a melhor previsão possível para 2017. Em minha defesa, afirmo que qualquer bom economista terá a mesma resposta que eu. Em minha experiência, nos últimos 20 anos, nunca foi tao difícil prever o que acontecerá no ano seguinte como agora. Tudo pode acontecer, como pode também não acontecer.

Para efeitos de credibilidade, você pode conferir minhas previsões anteriores aqui:
a) Previsões para 2016 (feita em 26 de dezembro de 2015)
b)Previsões para 2015 (feita em 5 de dezembro de 2014)
c) Previsões para 2014 (feita em 18 de dezembro de 2013)
d) Previsões para 2013 (feita em 12 de dezembro de 2012). Peco a atenção do leitor para essa passagem que escrevi ainda em 2012 quando elaborava as previsões para 2013:
"Se o governo insistir no curso atual da política econômica teremos, a partir de 2015, o mesmo problema que enfrentamos no final da década de 1970 e começo da década de 1980: inflação alta, crescimento baixo e desemprego alto. Este blog insiste em se REPETIR: estamos no caminho de reviver a década perdida, estamos cometendo os MESMOS ERROS que já foram cometidos na década de 1970 e que geraram 30 anos de baixo crescimento para a economia brasileira".
e) Resumo de algumas das previsões gerais feitas pelo blog desde 2009(escrito em 5 de dezembro de 2013).

Mas agora vamos ao que eu acredito que deva ocorrer em 2017.

PIB: +1,5% (isso mesmo, iremos crescer ano que vem)

Inflação: 5,5%

Desemprego: continuará ao redor de 12% (infelizmente o desemprego continuará a ser um problema sério)

IBOVESPA: acho que será um ano ruim para a Bolsa. Claro que acoes individuais podem ter destaque, mas o índice como um todo deve ter um desempenho similar a inflação.

Mercado imobiliário: acho que vai continuar patinando até junho, daí em diante acho que estabiliza.

Contas públicas: será mais um ano horroroso para as contas públicas. O próprio governo federal prevê um déficit primário da ordem de R$ 139,5 bilhões. Confesso que, em minha modesta opinião, tal déficit não é sustentável. Medidas adicionais terão que ser tomadas. Mas o problema mesmo virá dos estados e municípios. Em 2017 será a vez dos municípios pararem de pagar o salário de seus funcionários (o que já acontece hoje com diversos funcionários estaduais). As contas de previdência de diversos estados e municípios são impagáveis. E em 2017 isso ficará claro de uma vez por todas.

No campo externo a maior ameaça ao Brasil continua sendo o aumento das taxas de juros americanas. Isso sim pode complicar razoavelmente a nossa situação. Por sorte tais taxas ainda continuam num patamar baixo, mas cedo ou tarde elas voltarão ao patamar normal. O Brasil precisa realizar urgentemente suas reformas econômicas ANTES que as taxas de juros americanas retornem a níveis históricos.

A verdade cruel é que em 2017 tudo pode acontecer, mas tudo pode também não acontecer...

Ricardo Velez-Rodriguez sobre a dissolucao dos imperios (como o nosso?)

VARIAÇÕES ACERCA DA DISSOLUÇÃO DOS IMPÉRIOS E DOS ESTADOS 

Ricardo Vélez-Rodríguez
Rocinante, 27/12/2016


O historiador britânico Edward Gibbon (1737-1794)



Alexis de Tocqueville (1805-1859),
 autor de Da Democracia na América 

Os Impérios,  bem como os Estados, via de regra, não morrem de fora para dentro, mas de dentro para fora. Os pensadores políticos, ao longo da história do Ocidente, sistematizaram o que poderíamos denominar de sintomatologia da queda dos poderes constituídos.

Foi Aristóteles na sua Política quem, em meados do século IV a.C., indicou a causa fundamental da queda dos regimes: Quando os que administram o Estado se preocupam mais com o próprio bem-estar do que com a coisa pública, sobrevém a corrupção daquele. 

Ora, essa causa geral da morte dos regimes pode ser particularizada historicamente em várias modalidades, que seriam como que os principais sintomas da doença. Referir-me-ei, neste comentário, aos dois principais sintomas da corrupção de Impérios e Estados na história do Ocidente.

1 - Quando esmaecem os vínculos entre as partes que os integram, o fim começa a aparecer no horizonte da história de Estados e Impérios. Foi assim com o Império Romano, como narra com seu estilo grandioso e detalhista o historiador britânico Gibbon, aquele que, em meados do século XVIII, era admirado pela Europa afora e tinha sido íntimo da mãe de Madame de Staël, a bela Suzanne Curchaud, futura esposa do banqueiro suíço Necker, o ministro da Fazenda de Luís XVI (que  poderia ter poupado a cabeça do monarca francês, caso este tivesse decidido seguir o conselho do seu Ministro, de dar o passo que os Ingleses tinham dado no final do século anterior, transformando a monarquia absoluta em constitucional).

Gibbon escreve a propósito da queda do Império Romano: "Os ferimentos mais profundos foram infligidos ao Império durante a minoridade dos filhos e netos de Teodósio; depois de terem atingido a idade viril, esses príncipes incapazes deixaram a Igreja entregue aos bispos, o Estado aos eunucos e as províncias aos bárbaros...". (E. Gibbon, Declínio e queda do Império Romano. Edição abreviada. Trad. de José Paulo Paes, São Paulo: Companhia das Letras, 2005, p. 542).

Ora, tanto o Império Romano quanto a Monarquia Absoluta na França entraram em declínio acelerado, quando as suas elites, corruptas pelas mordomias que o poder  lhes garantia, afrouxaram os vínculos que mantinham unidas as partes dos seus domínios, privilegiando a vida mole dos palácios à sisudez dos gabinetes e à disciplina do estadista que se preocupa em ouvir o que os seus governados esperam, seguindo os conselhos dos velhos jurisconsultos e dos funcionários leais. 

No caso destes tempos duros que o Brasil vive na era pós-lulista, ao ensejo da corrupção generalizada do aparelho do Estado e das grandes empreiteiras do país, teríamos um caso semelhante de dissolução dos vínculos da unidade nacional, propiciada pelos próprios comandantes da nave estatal, Lula e Dilma. Crime generalizado que até a Justiça dos Estados Unidos denuncia e que Lula e o PT tentam ainda negar, com apoio de parte da grande imprensa, como a Folha de São Paulo que, em "pesquisa" feita sob medida pelo instituto Data Folha, comete a infantilidade de ainda atribuir a Lula a preferência do eleitorado numa eventual eleição presidencial.

Não tivessem sido retirados do poder, os petralhas teriam comprometido definitivamente a unidade nacional, com o esfacelamento das instituições republicanas, na maior onda de corrupção conhecida no mundo, nos últimos decênios.

 2 - Quando os cidadãos de um Império ou país trocam o ideal da luta em prol da liberdade, pela busca do conforto. Alexis de Tocqueville, se referindo aos Estados Unidos da América, considerava que o grande país do Norte correria esse risco, caso os seus cidadãos, em algum momento, preferissem se acomodar às delícias do progresso material e as colocassem à frente do senso da liberdade conquistada em lutas e sacrifícios, por parte das Treze Colônias originárias. 

Seria como se os Americanos abdicassem do seu DNA, aquele que caracterizou aos Pilgrim Brothers que cruzaram o Atlântico, ao longo dos séculos XVII e XVIII, buscando a liberdade nas terras por eles ocupadas na Nova Inglaterra.

Esse risco, entretanto, estaria longe do povo americano, em decorrência da forma particular em que a ideia de República se materializou entre eles, no sentir de Tocqueville. A respeito, afirma o pensador francês na sua obra principal, Da Democracia na América:  "O que se entende por República, nos Estados Unidos, é a ação lenta e tranquila que a sociedade exerce sobre si própria. É um estado regular fundado realmente na vontade esclarecida do povo. É um governo conciliador, em que as resoluções amadurecem durante muito tempo, sendo discutidas com vagar e executadas com maturidade. Nos Estados Unidos, os republicanos gostam dos costumes, respeitam as crenças e reconhecem os direitos. Professam a opinião segundo a qual um povo deve ser tanto mais respeitador da moral, religioso e moderado quanto maior for a liberdade de que disponha. Aquilo a que se chama República, nos Estados Unidos, é o reino tranquilo da maioria. A maioria, depois de ter tido tempo para se reconhecer e se dar conta da sua própria existência, é a fonte comum dos poderes". (Alexis de Tocqueville, Da democracia na América. Tradução de Carlos Correia Monteiro de Olveira, prefácio de João Carlos Espada, Lisboa: Princípia - Publicações Universitárias e Científicas, 2001, pg. 445-446).

O risco do abandono do ideal da liberdade pela busca do conforto é, entretanto, grande, segundo o pensador francês, entre os povos do Continente europeu ou os Latino-americanos, herdeiros de uma ideia oligárquica de República, segundo a qual não se trataria do tranquilo império da maioria, mas do intranquilo domínio da minoria sobre o resto. 

A respeito, frisa Tocqueville: "(...) a República não seria o reino da maioria, como se julgou até agora, mas sim o reino daqueles que melhor a representam. Não é o povo que dirige os governos deste tipo, mas aqueles que sabem o que é melhor para ele: feliz distinção, que permite agir em nome das nações sem as consultar nem pedir o seu aval e espezinhando-as" (Tocqueville, Da Democracia na América, ob. cit., pg. 446). 

Essa seria a versão de República, patrimonialista e positivista, que herdamos no Brasil e na qual lutamos para sobreviver, defendendo a escassa liberdade que ainda nos resta.

quarta-feira, 28 de dezembro de 2016

Thomas Sowell: a despedida de um sabio socratico, um negro americano

Leitura obrigatória para todos aqueles que pensam (com desculpas antecipadas aos que pouco ou nada pensam, mas que de toda forma não vão ler esta postagem).
Thomas Sowell faz parte desse grupo restrito de pessoas inteligentes que, a despeito da modestíssima condição social de origem, souberam acumular conhecimentos e colocar todo esse conhecimento, e experiência de vida, a serviço daquilo que eu chamo de elevação espiritual da humanidade, uma tarefa nobre, praticada por todos aqueles que valorizam a sabedoria adquirida nos livros e na observação honesta da realidade do mundo, e colocam esse tesouro à disposição de todos os demais, por meio de livros, artigos, palestras.
Esta é uma postagem de leitura obrigatória.

Paulo Roberto de Almeida


27 de dezembro de 2016
Texto originalmente publicado no WND
Tradução de Rodrigo Constantino


Por Thomas Sowell*
Mesmo as melhores coisas chegam ao fim. Após aproveitar um quarto de século escrevendo esta coluna para Creators Syndicate, eu decidi parar. A idade de 86 está bem à frente da idade usual de aposentadoria, então a pergunta não é por que estou parando, mas por que isso levou tanto tempo.
Foi muito enriquecedor poder compartilhar meus pensamentos sobre os acontecimentos ao nosso redor, e receber o retorno de leitores pelo país todo – mesmo que fosse impossível responder a todos eles.
Sendo alguém à moda antiga, eu gostava de conhecer os fatos antes de escrever. Isso demandava não só bastante pesquisa, como também exigia me manter atualizado com aquilo que estava sendo dito pela mídia.
Durante uma estadia no Yosemite National Park em maio passado, tirando fotos com alguns amigos, fiquei quatro dias consecutivos sem ler os jornais ou ver os noticiários da televisão – e a sensação foi maravilhosa. Com as notícias políticas sendo tão terríveis este ano, isso pareceu especialmente maravilhoso.
Isso me fez decidir gastar menos tempo acompanhando política e mais tempo com minha fotografia, adicionando mais fotos ao meu website (www.tsowell.com).
Olhando para trás pelos anos, como os mais velhos estão aptos a fazer, eu vejo grandes mudanças, tanto para melhor como para pior.
Em termos materiais, houve um progresso quase inacreditável. A maioria dos americanos não tinha refrigeradores em 1930, quando eu nasci. Televisão era pouco mais do que um experimento, e tais coisas como ar-condicionado ou viagem aérea eram somente para os muito ricos.
Minha própria família não tinha eletricidade ou água corrente quente em minha infância, o que não era incomum para negros do sul naqueles tempos.
É difícil transmitir à geração de hoje o temor que a doença paralisante da pólio despertava, até que as vacinas pusessem um fim abrupto a seu longo reinado de terror nos anos 50.
A maioria das pessoas vivendo na pobreza oficialmente definida no século 21 possui coisas como TV a cabo, microondas e ar-condicionado. A maioria dos americanos não tinha tais coisas, mesmo tão tarde quanto nos anos 1980. As pessoas que a intelligentsia continua a chamar de “despossuídos” hoje possuem coisas que os “abastados” não tinham, apenas uma geração atrás.
Description: http://ssum.casalemedia.com/usermatchredir?s=183697&cb=http%3a%2f%2fdis.criteo.com%2frex%2fmatch.aspx%3fc%3d24%26uid%3d%25%25USER_ID%25%25
Em alguns outros sentidos, porém, houve sérios retrocessos ao longo dos anos. A política, e especialmente a confiança dos cidadãos em seu governo, desabaram.
Em 1962, o presidente John F. Kennedy, um homem eleito de forma apertada há apenas dois anos, foi à televisão dizer à nação que ele estava nos levando à beira de uma guerra nuclear com a União Soviética, porque os soviéticos tinham construído secretamente bases para mísseis nucleares em Cuba, a apenas 90 milhas da América.
Muitos de nós não questionaram o que ele fez. Ele era o presidente dos Estados Unidos, e ele sabia coisas que o restante de nós não poderia saber – e isso era bom o suficiente para nós. Felizmente, os soviéticos recuaram. Mas algum presidente hoje poderia fazer algo desse tipo e contar com o apoio do povo americano?
Anos de presidentes mentirosos – o democrata Lyndon Johnson e o republicano Richard Nixon, especialmente – destruíram não só sua própria credibilidade, mas também a credibilidade de que o cargo em si já gozou. A perda dessa credibilidade foi uma perda do país, não apenas das pessoas que ocuparam o cargo nos anos seguintes.
Com todos os avanços dos negros ao longo dos anos, nada me fez constatar mais a degradação nos guetos de negros do que uma visita a uma escola em Harlem alguns anos atrás.
Quando olhei pela janela para o parque do outro lado da rua, eu mencionei que, quando criança, costumava passear com meu cachorro naquele parque. Olhares de horror vieram do rosto dos alunos, ao pensamento de um garoto indo para o buraco do inferno que aquele parque se tornou em seu tempo.
Quando eu mencionei que dormia em uma escada de incêndio no Harlem durante as noites quentes de verão, antes que a maioria pudesse bancar um ar-condicionado, os jovens me olharam como se eu fosse de Marte. Mas negros e brancos vinham dormindo em escadas de incêndio em Nova York desde o século 19. Eles não tinham que lidar com tiros voando ao seu redor durante a noite.
Não podemos voltar ao passado, mesmo que desejássemos, mas vamos esperar que possamos aprender algo com o passado para construir um presente e um futuro melhores.
Adeus e boa sorte a todos.
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SOBRE / 

 RODRIGO CONSTANTINO
Rodrigo Constantino
Economista pela PUC com MBA de Finanças pelo IBMEC, trabalhou por vários anos no mercado financeiro. É autor de vários livros, entre eles o best-seller “Esquerda Caviar” e a coletânea “Contra a maré vermelha”. Contribuiu para veículos como Veja.com, jornal O Globo e Gazeta do Povo. Preside o Conselho Deliberativo do Instituto Liberal.

terça-feira, 27 de dezembro de 2016

Tucidides: "o segredo da felicidade reside na liberdade" - Oracao aos Mortos, de Pericles

Tucídides, como salientou Hélio Jaguaribe em seu prefácio a este edição, "foi o primeiro historiador moderno e o primeiro analista crítico das relações internacionais. Como Ranke [PRA: ao contrário: Ranke veio depois dele, obviamente; e ele serviu de modelo ao historiador alemão], pretendia relatar, objeetivamente, os fatos como haviam ocorrido, Como os sucessores culturalistas deste, aspirava a interpretar as motivações e a explicar as circunstâncias que condicionaram os eventos que narrava. Sua preocupação com a motivação dos protagonistas o levou a expor os discursos que teriam pronunciado para justificar seus atos ou incentivar a prática do que almejavam realizar. Quando, como usualmente ocorria, não dispusesse de registro das palavras que haviam sido pronunciadas, Tucídedes levava seus personagens a dizer aquilo que, dadas as circunstâncias, seriam supostos ter dito (H.I.22). A famosa oração fúnebre de Péricles (H.II.35-46) em que declara Atenas a escola da Grécia, é um dos mais típicos exemplos de genial reconstrução de discursos por Tucídedes." (p. xxv)


Tucídides (c. 460 – c. 400 a.C)

História da Guerra do Peloponeso

(Prefácio de Hélio Jaguaribe; tradução do grego e notas de Mário da Gama Kury; 4a. edição: Brasília: Editora Universidade de Brasília, Instituto de Pesquisa de Relações Internacionais; São Paulo: Imprensa Oficial do Estado de São Paulo, 2001, xlvii + 584 p.; Clássicos IPRI; ISBN: 85-230-0204-9)



Extratos da oração fúnebre pronunciada por Péricles, capítulos 35 a 46 do Livro Segundo, p. 107-114:
 
35. “Muitos dos que me precederam neste lugar fizeram elogios ao legislador que acrescentou um discurso à cerimônia usual nestas circunstâncias, considerando justo celebrar também com palavras os mortos na guerra em seus funerais. A mim, todavia, ter-me-ia parecido suficiente, tratando-se de homens que se mostravam valorosos em atos, manifestar apenas com atos as honras que lhes prestamos – honras como as que hoje presenciastes nesta cerimônia fúnebre oficial – em vez de deixar o reconhecimento do valor de tantos homens na dependência do maior ou menor talento oratório de um só homem. É realmente difícil falar com propriedade numa ocasião em que não é possível aquilatar a credibilidade das palavras do orador. O ouvinte bem informado e disposto favoravelmente pensará talvez que não foi feita a devida justiça em face de seus próprios desejos e de seu conhecimento dos fatos, enquanto outro menos informado, ouvindo falar de um feito além de sua própria capacidade, será levado pela inveja a pensar em algum exagero. De fato, elogios a outras pessoas são toleráveis somente até onde cada um se julga capaz de realizar qualquer dos atos cuja menção está ouvindo; quando vão além disto, provocam a inveja, e com ela a incredulidade. Seja como for, já que nossos antepassados julgaram boa esta prática também devo obedecer à lei, e farei o possível para corresponder à expectativa e às opiniões de cada um de vós.

36. “Falarei primeiro de nossos antepassados, pois é justo e ao mesmo tempo conveniente, numa ocasião como esta, dar-lhes este lugar de honra rememorando os seus feitos. Na verdade, perpetuando-se em nossa terra através de gerações sucessivas, eles, por seus méritos, no-la transmitiram livre até hoje. Se eles são dignos de elogios, nossos pais o são ainda mais, pois aumentando a herança recebida, constituíram o império que agora possuímos e a duras penas nos deixaram este legado, a nós que estamos aqui e o temos. Nós mesmos aqui presentes, muitos ainda na plenitude de nossas forças, contribuímos para fortalecer o império sob vários aspectos, e demos à nossa cidade todos os recursos, tornando-a auto suficiente na paz e na guerra. Quanto a isto, quer se trate de feitos militares que nos proporcionaram esta série de conquistas, ou das ocasiões em que nós ou nossos pais nos empenhamos em repelir as investidas guerreiras tanto bárbaras quanto helênicas, pretendo silenciar, para não me tornar repetitivo aqui diante de pessoas às quais nada teria a ensinar. Mencionarei inicialmente os princípios de conduta, o regime de governo e os traços de caráter graças aos quais conseguimos chegar à nossa posição atual, e depois farei o elogio destes homens, pois penso que no momento presente esta exposição não será imprópria e que todos vós aqui reunidos, cidadãos e estrangeiros, podereis ouvi-la com proveito. 
37. ‘‘Vivemos sob uma forma de governo que não se baseia nas instituições de nossos vizinhos[1]; ao contrário, servimos de modelo a alguns[2] ao invés de imitar outros. Seu nome, como tudo depende não de poucos mas da maioria, é democracia. Nela, enquanto no tocante às leis todos são iguais para a solução de suas divergências privadas, quando se trata de escolher (se é preciso distinguir em qualquer setor), não é o fato de pertencer a uma classe, mas o mérito, que dá acesso aos pontos mais honrosos; inversamente, a pobreza não é razão para que alguém, sendo capaz de prestar serviços à cidade, seja impedido de fazê-lo pela obscuridade de sua condição. Conduzimo-nos liberalmente em nossa vida pública, e não observamos com uma curiosidade suspicaz a vida privada de nossos concidadãos, pois não nos ressentimos com nosso vizinho se ele age como lhe apraz, nem o olhamos com ares de reprovação que, embora inócuos, lhes causariam desgosto. Ao mesmo tempo que evitamos ofender os outros em nosso convívio privado, em nossa vida pública nos afastamos da ilegalidade principalmente por causa de um temor reverente, pois somos submissos às autoridades e às leis, especialmente àquelas promulgadas para socorrer os oprimidos e às que, embora não escritas, trazem aos transgressores uma desonra visível a todos.

38. ‘‘Instituímos muito entretenimento para o alívio da mente fatigada; temos concursos, temos festas religiosas regulares ao longo de todo o ano, e nossas casas são arranjadas com bom gosto e elegância, e o deleite que isto nos traz todos os dias afasta de nós a tristeza. Nossa cidade é tão importante que os produtos de todas as terras fluem para nós, e ainda temos a sorte de colher os bons frutos de nossa própria terra com certeza de prazer não menor que o sentido em relação aos produtos de outras. 
39. ‘‘Somos também superiores aos nossos adversários em nosso sistema de preparação para a guerra nos seguintes aspectos: em primeiro lugar, mantemos nossa cidade aberta a todo mundo e nunca, por atos discriminatórios, impedimos alguém de conhecer e ver qualquer coisa que, não estando oculta, possa ser vista por um inimigo e ser-lhe útil. Nossa confiança se baseia menos em preparativos e estratagemas que em nossa bravura no momento de agir. Na educação, ao contrário de outros que impõem desde a adolescência exercícios penosos para estimular a coragem, nós, com nossa maneira liberal de viver, enfrentamos pelo menos tão bem quanto eles perigos comparáveis. Eis a prova disto: os lacedemônios não vêm sós quando invadem nosso território, mas trazem com eles todos os seus aliados, enquanto nós, quando atacamos o território de nossos vizinhos, não temos maiores dificuldades, embora combatendo em terra estrangeira, em levar frequentemente a melhor. Jamais nossas forças se engajaram todas juntas contra um inimigo, pois aos cuidados com a frota se soma em terra o envio de contingentes nossos contra numerosos objetivos; se os lacedemônios por acaso travam combate com uma parte de nossas tropas e derrotam uns poucos soldados nossos, vangloriam-se de haver repelido todas as nossas forças; se todavia, a vitória é nossa, queixam-se de ter sido vencidos por todos nós. Se, portanto, levando nossa vida amena ao invés de recorrer a exercícios extenuantes, e confiantes em uma coragem que resulta mais de nossa maneira de viver que da compulsão das leis, estamos sempre dispostos a enfrentar perigos, a vantagem é toda nossa, porque não nos perturbamos antecipando desgraças ainda não existentes e, chegando o momento da provação, demonstramos tanta bravura quanto aqueles que estão sempre sofrendo; nossa cidade, portanto, é digna de admiração sob esses aspectos e muitos outros.

40. ‘‘Somos amantes da beleza sem extravagâncias e amantes da filosofia sem indolência. Usamos a riqueza mais como uma oportunidade para agir que como um motivo de vanglória; entre nós não há vergonha na pobreza, mas a maior vergonha é não fazer o possível para evitá-la. Ver-se-á em uma mesma pessoa ao mesmo tempo o interesse em atividades privadas e públicas, e em outros entre nós que dão atenção principalmente aos negócios não se verá falta de discernimento em assuntos políticos, pois olhamos o homem alheio às atividades públicas não como alguém que cuida apenas de seus próprios interesses, mas como um inútil; nós, cidadãos atenienses, decidimos as questões públicas por nós mesmos, ou pelo menos nos esforçamos por compreendê-las claramente, na crença de que não é o debate que é empecilho à ação, e sim o fato de não estar esclarecido pelo debate antes de chegar a hora da ação. Consideramo-nos ainda superiores aos outros homens em outro ponto: somos ousados para agir, mas ao mesmo tempo gostamos de refletir sobre os riscos que pretendemos correr, para outros homens, ao contrário, ousadia significa ignorância e reflexão traz a hesitação. Deveriam ser justamente considerados mais corajosos aquele que, percebendo claramente tanto os sofrimentos quanto as satisfações inerentes a uma ação, nem por isso recuam diante do perigo. Mais ainda: em nobreza de espírito contrastamos com a maioria, pois não é por receber favores, mas por fazê-los, que adquirimos amigos. De fato, aquele que faz o favor é um amigo mais seguro, por estar disposto, através de constante benevolência para com o beneficiado, a manter vivo nele o sentimento de gratidão. Em contraste, aquele que deve é mais negligente em sua amizade, sabendo que a sua generosidade, em vez de lhe trazer reconhecimento, apenas quitará uma dívida. Enfim, somente nós ajudamos os outros sem temer as consequências, não por mero cálculo de vantagens que obteríamos, mas pela confiança inerente à liberdade. 
41. ‘‘Em suma, digo que nossa cidade, em seu conjunto, é a escola de toda a Hélade e que, segundo me parece, cada homem entre nós poderia por sua personalidade própria, mostrar-se auto suficiente nas mais variadas formas de atividade, com a maior elegância e naturalidade. E isto não é mero ufanismo inspirado pela ocasião, mas a verdade real, atestada pela força mesma de nossa cidade, adquirida em consequência dessas qualidades. Com efeito, só Atenas entre as cidades contemporâneas se mostra superior à sua reputação quando posta à prova, e só ela jamais suscitou irritação nos inimigos que a atacavam, ao verem o autor de sua desgraça, ou o protesto de seus súditos porque um chefe indigno os comanda. Já demos muitas provas de nosso poder, e certamente não faltam testemunhos disto; seremos portanto admirados não somente pelos homens de hoje mas também do futuro. Não necessitamos de um Homero para cantar nossas glórias, nem de qualquer outro poeta cujos versos poderão talvez deleitar no momento, mais que verão a sua versão dos fatos desacreditada pela realidade. Compelimos todo o mar e toda terra a dar passagem à nossa audácia, e em toda parte plantamos monumentos imorredouros dos males e dos bens que fizemos[3]. Esta, então, é a cidade pela qual estes homens lutaram e morreram nobremente, considerando seu dever não permitir que ela lhes fosse tomada; é natural que todos os sobreviventes, portanto, aceitem de bom grado sofrer por ela.

42. ‘‘Falei detidamente sobre a cidade para mostrar-vos que estamos lutando por um prêmio maior que o daqueles cujo gozo de tais privilégios não é comparável ao nosso, e ao mesmo para provar cabalmente que os homens em cuja honra estou falando agora merecem os nossos elogios. Quanto a eles, muita coisa já foi dita, pois quando louvei a cidade estava de fato elogiando os feitos heroicos com que estes homens e outros iguais a eles a glorificavam; e não há muitos helenos cuja fama esteja como a deles tão exatamente adequada a seus feitos. Parece-me ainda que uma morte como a destes homens é prova total de máscula coragem, seja como seu primeiro indício, seja como sua confirmação final. Mesmo para alguns menos louváveis por outros motivos, a bravura comprovada na luta por sua pátria deve com justiça sobrepor-se ao resto; eles compensaram o mal com o bem e saldaram as falhas na vida privada com a dedicação ao bem comum. Ainda a propósito deles, os ricos não deixaram que o desejo de continuar a gozar da riqueza os acovardasse, e os pobres não permitiram que a esperança de mais tarde se tornarem ricos os levasse a fugir ao dia fatal; punir o adversário foi aos seus olhos mais desejável que essas coisas, e ao mesmo tempo o perigo a correr lhes pareceu mais belo que tudo; enfrentando-o, quiseram infligir esse castigo e atingir esse ideal, deixando por conta da esperança as possibilidades ainda obscuras de sucesso, mas na ação, diante do que estava em jogo à sua frente, confiaram altivamente em si mesmos. Quando chegou a hora do combate, achando melhor defender-se e morrer que ceder e salvar-se, fugiram da desonra, jogaram na ação as suas vidas e, no brevíssimo instante marcado pelo destino, morreram num momento de glória e não de medo. 
43. ‘‘ Assim estes homens se comportaram de maneira condizente com nossa cidade; quanto aos sobreviventes, embora desejando melhor sorte deverão decidir-se a enfrentar o inimigo com bravura não menor. Cumpre-nos apreciar a vantagem de tal estado de espírito não apenas com palavras, pois a fala poderia alongar-se demais para dizer-vos que há razões para enfrentar o inimigo; em vez disso, contemplai diariamente a grandeza de Atenas, apaixonai-vos por ela e, quando sua glória vos houver inspirado, refleti em que tudo isto foi conquistado por homens de coragem cônscios de seu dever, impelidos na hora do combate por um forte sentimento de honra; tais homens, mesmo se alguma vez falharam em seus cometimentos, decidiram que pelo menos à pátria não faltaria o seu valor, e que lhe fariam livremente a mais nobre contribuição possível[4]. De fato, deram-lhe suas vidas para o bem comum e, assim fazendo, ganharam o louvor imperecível e o túmulo mais insigne, não aquele em que estão sepultados, mas aquele no qual sua glória sobrevive relembrada para sempre, celebrada em toda ocasião propícia à manifestação das palavras e dos atos[5]. Com efeito, a terra inteira é o túmulo dos homens valorosos, e não é somente o epitáfio nos mausoléus erigidos em suas cidades que lhes presta homenagem, mas há igualmente em terras além das suas, em cada pessoa, uma reminiscência não escrita, gravada no pensamento e não escrita, gravada no pensamento e não em coisas materiais. Fazei agora destes homens, portanto, o vosso exemplo, e tendo em vista que a felicidade é liberdade e a liberdade é coragem, não vos preocupeis exageradamente com os perigos da guerra. Não são aqueles que estão em situação difícil que têm o melhor pretexto para descuidar-se da preservação da vida, pois eles não têm esperança de melhores dias, mas sim os que correm o risco, se continuarem a viver, de uma reviravolta da fortuna para a pior, e aqueles para os quais faz mais diferença a ocorrência de uma desgraça; para o espírito dos homens, com efeito, a humilhação associada à covardia é mais amarga do que a morte quando chega despercebida em acirrada luta pelas esperanças de todos.

44. ‘‘Eis porque não lastimo os pais destes homens, muitos aqui presentes, mas prefiro confortá-los. Eles sabem que suas vidas transcorrem em meio a constantes vicissitudes, e que a boa sorte consiste em obter o que é mais nobre, seja quanto à morte – como estes homens – seja quanto à amargura – como vós, e em ter tido uma existência em que sei foi feliz quando chegou o fim. Sei que é difícil convencer-vos desta verdade, quando lembrais a cada instante a vossa perda ao ver os outros gozando a ventura em que também  já vos deleitastes; sei, também, que se sente tristeza não pela falta de coisas boas que nunca se teve, mas pelo que se perde depois de ter tido. Aqueles entre vós ainda em idade de procriar devem suavizar a tristeza com a esperança de ter outros filhos; assim, não somente para muitos de vós individualmente os filhos que nascerem serão um motivo de esquecimento dos que se foram, mas a cidade também colherá uma dupla vantagem: não ficará menos populosa e continuará segura; não é possível, com efeito, participar das deliberações na assembleia em pé de igualdade e ponderadamente quando não se arriscam filhos nas decisões a tomar. Quanto a vós, que já estais muito idosos para isso, contai como um ganho a maior porção de vossa vida durante a qual fostes felizes, lembrai-vos de que o porvir será curto, e sobretudo consolai-vos com a glória destes vossos filhos. Só o amor da glória não envelhece, e na idade avançada o principal não é o ganho, como alguns dizem, mas ser honrado. 
45. ‘‘Para vós aqui presentes que sois filhos e irmãos destes homens antevejo a amplitude de vosso conflito íntimo; quem já não existe recebe elogios de todos; quanto a vós, seria muito bom se um mérito excepcional fizesse com que fosseis julgados não iguais a eles, mas pouco inferiores. De fato, há inveja entre os vivos por causa da rivalidade; os que já não estão em nosso caminho, todavia, recebem homenagens unânimes.

        ‘‘Se tenho de falar também das virtudes femininas, dirigindo-me às mulheres agora viúvas, resumirei todo num breve conselho: será grande a vossa glória se vos mantiverdes fiéis à vossa própria natureza, e grande também será a glória daquelas de quem menos se falar, seja pelas virtudes, seja pelos defeitos.

46. ‘‘Aqui termino o meu discurso, no qual, de acordo com o costume, falei o que me pareceu adequado; quanto aos fatos, os homens que viemos sepultar já receberam as nossas homenagens e seus filhos serão, de agora em diante, educados a expensas da cidade até a adolescência; assim ofereceremos aos mortos e a seus descendentes uma valiosa coroa como prêmio por seus feitos, pois onde as recompensas pela virtude são maiores, ali se encontram melhores cidadãos. Agora, depois de cada um haver chorado devidamente os seus mortos, ide embora’’[6].



[1] Alusão aos espartanos, cujas instituições teriam sido copiadas de Creta, veja-se Aristóteles, Politica, 1271 b 23.

[2] Possível alusão à embaixada vinda de Roma em 454 a.C. para examinar a constituição de Sólon; veja-se Tito Lívio, III, 31.

[3]Subentenda-se: ‘‘dos males aos inimigos e bens feitos aos amigos’’.

[4] ‘‘Contribuição’’ aqui traduz o êranos do original. Trata-se de uma ‘‘contribuição conjunta’’, feita para benefícios geral (por exemplo, para um banquete entre membros de uma mesma tribo, para fins beneficentes, etc.). Demóstenes, Contra Mídias, 27, apresenta o Estado como uma espécie de sociedade beneficente em que cada cidadão deve uma contribuição (êranos).


[5] Subentenda-se: ‘‘palavras de louvor e atos de emulação’’.


[6] Esta oração fúnebre de Péricles é considerada um modelo no gênero desde a antiguidade. Entre outras peças representativas do gênero merece menção a do orador Lísias (nº 2 da coleção de seus discursos, pronunciada em 386 a.C.).

O fim da Uniao Sovietica, 25 anos atras (em 1991) - Rubens Barbosa

FIM DA UNIÃO SOVIÉTICA
 Rubens Barbosa
O Estado de S. Paulo, 27/12/2016

Ontem, 26 de dezembro, a dissolução da União Soviética completou 25 anos. Resolução do Soviet Supremo reconheceu a independência das antigas repúblicas soviéticas e criou a Comunidade de Estados Independentes (CEI). Mikhail Gorbachev, o oitavo e último líder da União Soviética, havia renunciado na véspera, declarando seu cargo extinto e passando o poder para o presidente russo Boris Ieltsin. Anteriormente, de agosto a dezembro de 1991, todas as repúblicas, incluindo a própria Rússia, foram se separando da União. Uma semana antes do histórico 26, onze repúblicas - todas, exceto a Georgia e os estados bálticos (Letônia, Estônia e Lituânia) - assinaram o Protocolo de Alma-Ata estabelecendo formalmente a CEI e declararam que a União Soviética tinha deixado de existir.

Nos últimos 25 anos, a Rússia tem mergulhado em profundas crises econômicas, políticas e éticas. Teve de enfrentar tentativas separatistas, como na Tchechenia, enfraqueceu-se militarmente com o fim do Pacto de Varsovia, sofreu com a queda do preço do petróleo, teve de enfrentar a rebelião na Georgia e mais recentemente envolveu-se na crise da Ucrânia com a reincorporação da estratégica Criméia. Teve de conviver com a imposição de sanções econômicas pelos EUA e Europa e com a crescente desconfiança do Ocidente. Em 2014, o governo russo criou a União Econômica Eurasiana, bloco econômico e comercial, integrado pelo Casaquistão, Bielorussia, Quirguistão e Armênia.

A percepção ocidental é a de que a Russia constitui uma ameaça militar concreta para a Europa, em especial para os estados bálticos e os ex-satélites do Leste Europeu. As invasões da Geórgia e da Ucrânia reforçaram a visão de que a Rússia, em declínio, mas com poderoso arsenal nuclear, teria pretensões imperialistas e bélicas na Europa. As intervenções russas em países vizinhos e no Oriente Médio, bem como os ataques cibernéticos contra alvos nos EUA aumentam a instabilidade global e as reservas em relação a Moscou.

Desde 1999, Vladimir Putin tem governado a Rússia como presidente ou primeiro ministro, imprimindo sua visão estratégica sobre o relacionamento com os EUA, com a Europa e seu interesse nos diferentes teatros globais. Quais as ações do Estado russo a partir das posições públicas expressadas por sua liderança politica?

Para entender a ação russa no tabuleiro político e econômico global é importante ter presente a visão de Putin para a defesa dos interesses de seu país. Ao assumir o governo, Putin chamou o colapso da URSS de “a maior catastrofe geopolitica do seculo XX”.  É sob esse prisma que as ações de Moscou deveriam ser entendidas. O restabelecimento da força e da importância da Russia é a principal prioridade de Putin, que viu nas ações da Europa e dos EUA uma grande conspiração para tentar cercar o pais. As sanções econômicas são vistas como parte de esforço geopolítico para limitar a influência de Moscou.

O pensamento estratégico russo atual foi muito influenciado, segundo Putin, pelo descumprimento de acordo que teria sido negociado depois do fim da União Soviética pelo qual a aliança ocidental, sem a ameaça do Pacto de Varsovia, teria se comprometido a não instalar mísseis e radares na Polônia e outros estados vizinhos da Rússia. A instalação de armamento pesado, a 300 km de Moscou, foi agravado pelo golpe de estado na Ucrânia onde, estimulado pelo ocidente, o governo pró-Rússia foi substituido por um presidente pró-ocidente que pediu formalmente apoio militar da OTAN. Essa nova situação, segundo o governo de Moscou, forçou a invasão da Ucrânia e a re-incorporação da Criméia, de modo a impedir a eventual perda de uma base naval estratégica no Mediterrâneo.

As sanções econômicas em vigor e a teoria do cerco militar ao país levaram Moscou a buscar alternativas geopolíticas e geoeconômicas. Depois de anos de afastamento, concretisou-se a aproximação com a China na assinatura de acordo de fornecimento de gás no valor de US$ 400 bilhões de modo a reduzir a então grande dependência do mercado europeu e avançou-se na construção de gasoduto na Turquia para evitar a passagem pela Ucrânia. Nova doutrina militar prevê agora a substituição de importações militares para reduzir a dependência externa. Prevê também a  ampliação do número de bases militares ao redor do mundo, inclusive com algum tipo de presença em Cuba e na Venezuela.

            No atual momento as iniciativas mais vigorosas da política externa e de defesa da Rússia estão concentradas no Oriente Médio, em especial no conflito na Siria. Apoiando o presidente Bashar Al Assad, Putin envolveu-se no bombardeio contra os rebeldes, sobretudo em Aleppo. A estratégia de Moscou é eliminar o Estado Islâmico primeiro e depois fazer a transição do governo sírio, com o afastamento de Al Assad, o que colocou os EUA e a OTAN contra a Russia. As implicações da politica russa tem desdobramentos no Irã e entre os Curdos, aumentando as resistências contra Putin. No conflito Israel-Palestina, a Rússia mantém attitude discrete, apesar de  membro do Quarteto, junto com os EUA, a União Européia e a Alemanha.

            As relações com os EUA, desgastadas pelas posições antagônicas no conflito com a Siria, ganharão maior visibilidade pelas anunciadas intenções do presidente eleito Donald Trump. Enquanto o CIA publica relatório em que acusa a Rússia de ter interferido na eleição presidencial e o futuro Secretario de Defesa faça ostensivamente criticas a Putin, Trump não se abstém de declarações no sentido de uma aproximação maior com o presidente russo, inclusive acenando com a mudança da estratégia no conflito da Siria, como quer Putin, visando ao exterminio do Estado Islâmico. A designação de um amigo de Putin, Rex Tillerson para Ministro do Exterior pode reforçar a política do presidente russo.

Rubens Barbosa, presidente do Instituto de Relações Internacionais e de Comércio Exterior (IRICE)

Crescimento, nao Igualdade, deve ser a agenda dos economistas - Deirdre McCloskey

Anger about economic inequality in the United States dominated the presidential election. But while polemics about the issue have flourished across the political spectrum, clarity has not.
Lack of clarity about inequality has been around for a long time. Look, for example, at the Illinois state constitution, adopted in 1970. It sought to “eliminate poverty and inequality.”
Note the linkage of poverty and inequality. It sounds good. Who wouldn’t want to eliminate both of them?
But think it through.
Eliminating poverty is obviously good. And, happily, it is already happening on a global scale. The World Bank reports that the basics of a dignified life are more available to the poorest among us than at any time in history, by a big margin. Shanghai, a place of misery not very long ago, now looks like the most modern parts of the United States, though with better roads and bridges. The real income of India is doubling every 10 years. Sub-Saharan Africa is at last growing. Even in the rich countries, the poor are better off than they were in 1970, with better food and health care and, often, amenities like air-conditioning.
Continue reading the main story
We need to finish the job. But will we really help the poor by focusing on inequality?
Anthony Trollope, the great English novelist, gave an answer in “Phineas Finn” in 1867. His liberal heroine suggests that “making men and women all equal” was “the gist of our political theory.” No, replies her radical and more farseeing friend, “equality is an ugly word, and frightens.” A good person, he declares, should rather “assist in lifting up those below him.” Eliminate poverty, and let the distribution of wealth work.
Economic growth has been accomplishing exactly that since 1800. Equality in the most important matters has increased steadily, through lifting up the wretched of the earth. The enrichment in fundamentals for the poor matters far more in the scheme of things than the acquisition of more Rolexes by the rich.
What matters ethically is that the poor have a roof over their heads and enough to eat, and the opportunity to read and vote and get equal treatment by the police and courts. Enforcing the Voting Rights Act matters. Restraining police violence matters. Equalizing possession of Rolexes does not.
The Princeton philosopher Harry Frankfurt put it this way: “Economic equality is not, as such, of particular moral importance.” Instead we should lift up the poor, in the style of Trollope’s radical liberal, to a level Mr. Frankfurt labeled “enough” — enough for people to function in a democratic society and to have full human lives.
Another eminent philosopher, John Rawls of Harvard, articulated what he called the Difference Principle: If the entrepreneurship of a rich person made the poorest better off, then the higher income of the entrepreneur was justified. It works for me.
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CreditDanny Schwartz
It is true that conspicuous displays of wealth are vulgar and irritating. But they are not something that a nonenvious principle of public policy needs to acknowledge.
Poverty is never good. Difference, including economic difference, often is. It is why New Yorkers exchange goods with Californians and with people in Shanghai, and why the political railing against foreign trade is childish. It is why we converse, and why today is the great age of the novel and the memoir. It is why we celebrate diversity — or should.
A practical objection to focusing on economic equality is that we cannot actually achieve it, not in a big society, not in a just and sensible way. Dividing up a pizza among friends can be done equitably, to be sure. But equality beyond the basics in consumption and in political rights isn’t possible in a specialized and dynamic economy. Cutting down the tall poppies uses violence for the cut. And you need to know exactly which poppies to cut. Trusting a government of self-interested people to know how to redistribute ethically is naïve.
Another problem is that the cutting reduces the size of the crop. We need to allow for rewards that tell the economy to increase the activity earning them. If a brain surgeon and a taxi driver earn the same amount, we won’t have enough brain surgeons. Why bother? An all-wise central plan could force the right people into the right jobs. But such a solution, like much of the case for a compelled equality, is violent and magical. The magic has been tried, in Stalin’s Russia and Mao’s China. So has the violence.
Many of us share socialism in sentiment, if only because we grew up in loving families with Mom as the central planner. Sharing works just fine in a loving household. But it is not how grown-ups get stuff in a liberal society. Free adults get what they need by working to make goods and services for other people, and then exchanging them voluntarily. They don’t get them by slicing up manna from Mother Nature in a zero-sum world.
We could use state violence to take wealth from billionaires like Bill Gates and give it to the homeless, achieving more equality. (Mr. Gates is in fact giving away his fortune, to his credit.) Short of expropriation, we can and should join in supporting a safety net, keeping the violence to a minimum. K-12 public education, for example, should be paid for by compelled taxes on all of us. But we should not be doing a lot more.
As a matter of arithmetic, expropriating the rich to give to the poor does not uplift the poor very much. If we took every dime from the top 20 percent of the income distribution and gave it to the bottom 80 percent, the bottom folk would be only 25 percent better off. If we took only from the superrich, the bottom would get less than that. And redistribution works only once. You can’t expect the expropriated rich to show up for a second cutting. In a free society, they can move to Ireland or the Cayman Islands. And the wretched millionaires can hardly re-earn their millions next year if the state has taken most of the money.
It is growth from exchange-tested betterment, not compelled or voluntary charity, that solves the problem of poverty. In South Korea, economic growth has increased the income of the poorest by a factor of 30 times real 1953 income. Which do we want, a small one-time (though envy-and-anger-satisfying) extraction from the rich, or a free society of betterment, one that lifts up the poor by gigantic amounts?
We had better focus directly on the equality that we actually want and can achieve, which is equality of social dignity and equality before the law. Liberal equality, as against the socialist equality of enforced redistribution, eliminates the worst of poverty. It has done so spectacularly in Britain and Singapore and Botswana. More needs to be done, yes. Namely, more growth, which is sensitive to environmental limits and will require a proliferation of rich engineers. Let them have their money from devising carbon-fixing techniques and new sources of energy. It will enrich all of us.
To borrow from the heroes of my youth, Marx and Engels: Working people of all countries unite! You have nothing to lose but stagnation! Demand exchange-tested betterment in a liberal society.
Some dare call it capitalism.